viernes, 5 de enero de 2018

Me duele el cerebro

La causa de los dolores psicosomáticos

Hace poco he escrito un artículo sobre la somatización y dejaba pendiente hablar de las causas que la provocan.
Esta claro que si es verdaderamente psicosomático el origen es un problema psicológico, habitualmente la ansiedad. Pero eso nos dice poco: la ansiedad es un término demasiado vago y manido, que usamos para justificar tantas cosas que acaba perdiendo valor.


Yo suelo explicar la ansiedad como una forma de estrés no controlada. El estrés es una respuesta fisiológica que permite a nuestro cuerpo rendir más, liberando energía de donde no es imprescindible y aplicándola donde hace más falta para generar un esfuerzo extra.
No obstante, como ya he explicado en algún otro artículo, nuestro sistema de lucha y huida es el mismo que cuando vivíamos en la selva rodeados de peligro y no es el más adecuado para tener una vida sana en nuestra civilización actual. Aún así, en algunos momentos nos es útil para proporcionarnos esa energía extra que podemos necesitar. Eso sería la respuesta al estrés.
Pero cuando ese estrés es continuado, ese sistema de lucha y huida, que neurológicamente corresponde al sistema simpático, empieza a generar efectos indeseados en nuestro organismo, que son la principal base de la somatización.

La tensión muscular es debida al exceso de energía que mandamos a los músculos que en realidad no tienen una resistencia a la que oponerse.
Los dolores de estómago y nauseas pueden ser provocados por la reducción de la circulación sanguínea y la ralentización de la digestión, que nuestro primitivo sistema de defensa aplica a nuestro organismo para que no nos desangremos si somos atacados por un animal y para liberar energía extra para los músculos.
Bastantes estudios muestran que la ansiedad prolongada produce una disminución de las defensas, dejándonos más vulnerables a virus, bacterias o alteraciones de nuestro propio cuerpo.

Eso está muy bien, pero ¿cómo se cura?

Es evidente que si la causa de la somatización es la ansiedad, eliminando la ansiedad desparecerá la somatización.
Como ejemplo, en muchas técnicas psicológicas para saber si estamos consiguiendo los objetivos terapéuticos lo que hacemos los psicólogos es fijarnos en las sensaciones corporales, si disminuyen es que estamos haciendo un buen trabajo con la ansiedad.

Pero el trabajo con la ansiedad suele ser lento y la necesidad de librarnos de los síntomas somáticos es más acuciante.
En esos casos podemos trabajar la reducción de la sensación o la molestia con Neurofeedback.
No es posible en todos los casos, para saber si ese abordaje es posible hay que hacer una medición previa.
En caso de que lo sea podemos utilizar un entrenamiento en Neurofeedback para desensibilizar la sensación que nos perturba, haciendo que su efecto sea menor o incluso que desaparezca.





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